Trastorno de Adaptación

Descripción General

Definición

El trastorno de adaptación es una respuesta psicológica y física (sentirse triste, estresado o desesperado, y ciertos síntomas físicos) a un factor estresante identificable (muerte de un ser querido, divorcio, cambios en la vida, enfermedad, problemas familiares, problemas escolares o problemas sexuales).

Epidemiología

• Prevalencia a lo largo de la vida: aproximadamente 2%–8% de la población en general
• Las mujeres tienen el doble de probabilidades de ser diagnosticadas que los hombres.
• Uno de los diagnósticos psiquiátricos más comunes para los pacientes hospitalizados por cualquier otro motivo médico/quirúrgico

Etiología

• Precipitado por 1 o múltiples estresores
• La severidad del estresor no predice el pronóstico.
• La personalidad del paciente, así como las normas sociales, contribuyen a las reacciones patológicas a los estresores.

Diagnóstico

El trastorno de adaptación es difícil de diagnosticar, ya que comparte síntomas con otros trastornos mentales.

Los antecedentes y el examen físico permiten obtener los siguientes criterios:

• Desarrollo de síntomas psicológicos en respuesta a un factor de estrés identificable
• Que se produzcan en los 3 meses siguientes al inicio del estresor
• Los síntomas o conductas son clínicamente significativos, causando una marcada angustia y una disminución de la función.
• Una vez eliminado el estresor, los síntomas no duran más de 6 meses.

El trastorno de adaptación no se puede diagnosticar si los síntomas:

• Cumplen los criterios de cualquier otro trastorno psiquiátrico
• Se explican por el trastorno por consumo de sustancias o por la abstinencia
• Duran más de 6 meses después del estresor
• No causan un deterioro en el funcionamiento del paciente o una marcada angustia
• Representan el duelo normal

Tratamiento

Psicoterapia

• Tratamiento de 1ra línea
• Diferentes modalidades, como la terapia cognitivo conductual, pueden ayudar al paciente a afrontar los estresores.
• La terapia de grupo puede ser útil, especialmente entre los pacientes que sufren estresores similares.

Intervención en crisis

La intervención en crisis puede ayudar a tranquilizar y apoyar a tiempo para prevenir el resultado centinela.

Farmacoterapia

• Generalmente no está indicada, pero puede ayudar a tratar los síntomas comórbidos
• La ansiedad severa puede tratarse con benzodiacepinas de acción prolongada (e.g., diazepam).
• Antipsicóticos si muestran síntomas de psicosis
• Los antidepresivos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)) pueden ser complementos útiles.

Diagnóstico Diferencial

• Trastorno por estrés agudo: reacciones de estrés que se presentan después de que un individuo haya experimentado un evento que pone en peligro su vida. Los síntomas duran > 3 días y < 1 mes e implican reexperimentación del suceso en forma de escenas retrospectivas o pesadillas, evasión de recordatorios, irritabilidad, hiperactivación y falta de memoria y concentración. El acontecimiento traumático debe haber ocurrido en el último mes y haber durado < 1 mes.
• Duelo: emociones o pensamientos y acciones en respuesta a la muerte de alguien cercano al paciente. La duración y la forma de expresión varían en función de la cultura y las costumbres del paciente. Cabe esperar una depresión del estado de ánimo, así como un sentimiento de pérdida. Al contrario que en el trastorno de adaptación, el duelo no provoca un deterioro significativo de las funciones. El duelo no es patológico.
• Trastorno de ansiedad generalizada: trastorno psiquiátrico caracterizado por múltiples preocupaciones crónicas, generalmente por cosas sin importancia. Se asocia con fatiga, baja concentración, inquietud, irritabilidad y trastornos del sueño. Estos síntomas duran > 6 meses. El diagnóstico del trastorno de ansiedad generalizada no requiere un evento desencadenante que cause su sintomatología, a diferencia del trastorno de adaptación.
• Trastorno de duelo prolongado: respuesta de duelo persistente y generalizada que causa deterioro o angustia durante > 12 meses tras la pérdida de un ser querido. Se caracteriza por una intensa añoranza y preocupación por el fallecido, así como por dolor emocional. La duración y la intensidad del duelo deben superar las normas sociales, religiosas o culturales habituales. El diagnóstico se basa en criterios clínicos. El tratamiento preferido es la psicoterapia.