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El hueso, aunque aparentemente inerte, es una parte activa, creciente y cambiante del cuerpo humano, además de ser el principal reservorio de calcio del organismo. En condiciones homeostáticas correctas, el hueso puede remodelarse en respuesta al daño, al estrés o a la señalización hormonal (hormona paratiroidea y calcitonina). Los osteocitos situados en la profundidad del hueso detectan el daño y envían una señal a las células de revestimiento del hueso para que inicien el proceso de remodelación. Este proceso es vital no solo para reparar los daños, sino también para adaptarse a un nuevo entorno y condiciones.
Última actualización: Mar 13, 2022
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