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La temperatura corporal se puede dividir en temperatura externa, que involucra la piel, y temperatura central, que involucra el sistema nervioso central (SNC) y las vísceras. Si bien la temperatura externa puede ser variable, la temperatura central se mantiene dentro de un rango estrecho de 36,5–37,5°C (97,7–99,5°F). Aunque se desconocen las razones, se ha planteado la hipótesis de que se mantiene un rango de temperatura estrecho para la tasa metabólica necesaria para el funcionamiento y optimización de los procesos celulares. La regulación de la temperatura central es una de las funciones más críticas del sistema nervioso y se logra mediante mecanismos de retroalimentación fisiológica y conductual y de prealimentación que están regulados principalmente por el hipotálamo. Cualquier cambio en la temperatura corporal o la temperatura ambiental desencadena respuestas que conducen al restablecimiento rápido y eficiente de la homeostasis.
Última actualización: Mar 1, 2022
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Cuatro efectores fisiológicos son particularmente importantes para la termorregulación en los mamíferos:
Sitio | Fortalezas | Debilidades |
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Axila |
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Sangre |
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Esófago |
|
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Oral |
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Rectal |
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Membrana timpánica |
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Las siguientes afecciones ocurren cuando los mecanismos de termorregulación se ven abrumados por las condiciones ambientales: