Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Aunque la fidelidad del ácido desoxirribonucleico (ADN) está muy protegida, este puede resultar dañado por una serie de factores ambientales, especies reactivas de oxígeno y errores en la replicación del ADN. La reparación del ADN es un proceso continuo en el que la célula corrige los daños. La célula tiene múltiples mecanismos que puede utilizar para reparar el ADN. Durante la replicación, la célula dispone de una maquinaria de revisión dentro de la propia ADN polimerasa. Para los daños de una sola cadena de ADN, la célula puede usar técnicas de reparación por escisión y fotorreparación. Para las roturas de ambas cadenas del ADN, la célula puede emplear la recombinación homóloga o la unión de extremos no homólogos. Cuando los procesos normales de reparación del ADN fallan debido a la edad, a una disfunción o a una sobrecarga del sistema, los daños en el ADN no reparados pueden provocar apoptosis, senescencia celular o tumores malignos.
Última actualización: Oct 25, 2022
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
Advertisement
El daño al ADN puede ser causado por:
La revisión de errores se realiza durante la replicación del ADN. La ADN polimerasa (el complejo enzimático que replica el ADN):
La radiación de la luz UV hace que se formen dímeros de pirimidina (T o C) a través de enlaces covalentes entre bases adyacentes, creando un cambio conformacional (“abultamiento”) en el ADN. Estos defectos pueden repararse mediante un proceso denominado fotoreparación o fotoreactivación.
La célula dispone de 3 mecanismos principales para reparar los daños en una sola cadena de ADN:
Los 3 mecanismos siguen el mismo proceso general:
En la reparación por escisión de bases, se extirpa una única base dañada y se sustituye.
En general, los daños en dos cadenas de ADN son más difíciles de reparar porque no hay una cadena molde con la que trabajar. Los dos mecanismos principales para fijar las roturas de dos cadenas de ADN son la recombinación homóloga y la unión de extremos no homólogos.
En la recombinación homóloga, la cromátida hermana casi idéntica o el cromosoma homólogo se utiliza como plantilla: