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La intolerancia a la lactosa es una afección clínica que cursa con síntomas intestinales tras la ingestión de lactosa. La malabsorción no siempre está presente, pero cuando lo está, la causa más común es la deficiencia de lactasa debido a la falta de persistencia de la enzima. La lactosa es un disacárido de la leche que requiere lactasa para descomponerse en sus dos componentes absorbibles, glucosa y galactosa. La intolerancia a la lactosa se presenta típicamente con distensión abdominal, cólicos abdominales, diarrea y flatulencia. El diagnóstico se sospecha clínicamente basándose en los síntomas tras una comida que contenga lactosa y se confirma mediante una prueba de hidrógeno en aliento con lactosa. El objetivo del tratamiento es eliminar los síntomas manteniendo una ingesta suficiente de calcio y vitamina D.
Última actualización: Mar 13, 2023
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Considere un diagnóstico de intolerancia a la lactosa si los síntomas típicos ocurren pocas horas después de la ingestión de una comida que contiene lactosa y se resuelven después de 5–7 días.
Nota: Las pruebas para deficiencia de lactasa por si solas no confirman intolerancia a la lactosa a menos que los síntomas también sean provocados por la carga de lactosa.
Considere siempre las posibles causas secundarias de deficiencia de lactasa al hacer el diagnóstico:
Tratar el trastorno primario. Pueden pasar meses hasta que la actividad normal de la lactasa vuelva a la normalidad.