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La confidencialidad describe la "naturaleza privilegiada y privada de la información" compartida por un paciente con un médico. En general, esta información solo debe ser revelada a un tercero con el consentimiento expreso del paciente. En Estados Unidos, la confidencialidad está regulada por la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA, por sus siglas en inglés). Según la HIPAA, la información sanitaria protegida solo puede revelarse para ayudar en el tratamiento, el pago y las operaciones de atención sanitaria. Aunque hay algunas situaciones específicas en las que se puede romper la confidencialidad entre el paciente y el médico (e.g., cuando el paciente corre el riesgo de autolesionarse), estas situaciones se consideran excepciones y los médicos deben asegurarse de que la confidencialidad no se pone en peligro innecesariamente.
Última actualización: Nov 23, 2023
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La confidencialidad se rompe/la información médica se comparte en circunstancias específicas señaladas por la HIPAA (e.g., casos de sospecha de abuso; amenazas a la salud o seguridad pública).