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La autopresentación es un método adquirido por los seres humanos para presentar aspectos de nosotros mismos a la sociedad y controlar o moldear lo que los demás piensan de nosotros. Supone el manejo de nuestra propia expresión y conducta para crear la impresión deseada. Hay muchos aspectos que pueden afectar a la forma en que un individuo se expresa. En particular, el género y la cultura tienen una marcada influencia en la forma en que las personas expresan y perciben las emociones y ciertos aspectos de la comunicación no verbal.
Última actualización: Ago 29, 2022
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Los estudios indican que la expresión y la detección de las emociones de un individuo pueden basarse en su sexo. En general, las mujeres experimentan la emoción a un nivel más intenso que los hombres. Del mismo modo, su expresión de la emoción puede ser más intensa y transmitirse más abiertamente en comparación con los hombres. En cuanto a la detección de emociones, las mujeres también son capaces de leer las emociones, incluidas las expresiones faciales y las señales verbales, mejor que los hombres. De hecho, un estudio de Kring y Gordon (1998) descubrió diferencias en la excitación autonómica y la expresión emocional entre hombres y mujeres mientras veían películas emotivas.
No está claro por qué hay diferencias en las experiencias emocionales entre hombres y mujeres, pero se ha sugerido que puede ser un reflejo de los roles históricos de hombres y mujeres. Históricamente, los hombres tenían que competir y luchar, por lo que se evitaban las emociones «suaves» para no mostrar ninguna debilidad. Las mujeres han sido tradicionalmente cuidadoras y amas de casa. Por ello, emociones como el amor, la calidez, la felicidad y la simpatía suelen atribuirse a las mujeres. Además, la sociedad puede disuadir a las mujeres de expresar la ira o las emociones negativas, mientras que para los hombres puede ser una ventaja expresar la ira.
Además, las mujeres practican más el discurso orientado a las relaciones que los hombres. Según un análisis de Leaper y Ayres (2007), las mujeres utilizan más el discurso basado en las preguntas, mientras que los hombres utilizan más el discurso orientado a las tareas y la asertividad. Estas asociaciones son similares a la perspectiva evolutiva. Es posible que no haya sido evolutivamente favorable para los hombres ser más emocionales cuando necesitaban luchar, defender el territorio y competir por las parejas.
Otra teoría utilizada para explicar las diferencias de género está relacionada con la educación. Los estudios han demostrado que los padres tienden a hablar de los sentimientos con más frecuencia con las niñas que con los niños. Por ello, las niñas aprenden a expresar sus emociones, mientras que los niños crecen aprendiendo que las manifestaciones de vulnerabilidad emocional, como llorar o sentir miedo, no son «masculinas».
La cultura es otro factor importante que configura la experiencia emocional.
Las reglas de manifestación emocional se refieren a las normas de una cultura o subcultura que se relacionan con la idoneidad de la expresión emocional. Estos principios guían cómo, cuándo y dónde los individuos expresan sus emociones, y en qué medida. Por ejemplo, los individuos de las culturas asiáticas (que promueven la interdependencia) suelen mostrar expresiones neutras, especialmente cuando experimentan emociones negativas. Por el contrario, los individuos de las culturas estadounidense y europea (que promueven el individualismo) pueden ser más expresivos emocionalmente.
El significado de los gestos emocionales también difiere entre culturas. Por ejemplo, el dedo medio se considera «el dedo grosero» en muchos países de habla inglesa (como Estados Unidos, Inglaterra y Australia). Sin embargo, en los países de Oriente Medio, el pulgar se considera grosero.
También existen variaciones culturales en lo que respecta a la detección de emociones. Maksumoto y Ekman (1989) descubrieron que había diferencias en la interpretación de algunas expresiones faciales entre personas de Japón y Norteamérica. Aunque había consenso en la detección de expresiones faciales que mostraban felicidad, tristeza o sorpresa, había desacuerdos cuando se trataba de caras que mostraban disgusto, ira o miedo.
Las personas de diferentes culturas también difieren en la forma de detectar las emociones en función del tono de voz. Por ejemplo, en un estudio realizado por Van Bezooijen, Otto y Heena (1983), se comprobó que los individuos de Taiwán reconocían mejor las voces con tono triste en comparación, mientras que los individuos holandeses detectaban mejor las voces alegres.
Sin embargo, hay elementos de expresión y reconocimiento emocional que son innatos. Por ejemplo, los estudios transculturales han demostrado que hay seis expresiones faciales que son universales en todas las culturas: felicidad, tristeza, miedo, ira, sorpresa y disgusto.
El manejo de la impresión se refiere a las estrategias que las personas utilizan para influir en las percepciones sobre sí mismas, sus amigos, ideas o acontecimientos, de modo que los demás se formen juicios positivos sobre ellas. Abarca un amplio conjunto de conductas desplegadas para regular y controlar la presentación de la información sobre uno mismo.
Existen diferentes estrategias de gestión de la impresión que los individuos utilizan. Estas estrategias pueden clasificarse a grandes rasgos en dos tipos:
Esta perspectiva dramatúrgica, concebida por el sociólogo canadiense-estadounidense Erving Goffman, utiliza la metáfora de la vida como un teatro para trazar las interacciones sociales. Los términos «en escena» y «detrás del escenario» se refieren a la realidad social fabricada que los individuos presentan a los observadores. Al igual que los actores controlan sus actuaciones en el escenario ante el público, los individuos toman decisiones conscientes sobre si mostrar u ocultar ciertos aspectos de sí mismos a los demás.
La puesta en escena refleja el papel que desempeña un individuo (y la impresión que quiere crear), y está influida por normas y expectativas. En cambio, el detrás del escenario está libre de esas normas y expectativas. En consecuencia, somos libres de bajar la guardia y ser nosotros mismos. También es en este detrás del escenario donde nos preparamos para la puesta en escena.
La comunicación verbal y no verbal coexisten entre sí y tienen un efecto directo en las percepciones e intercambios de las personas.
La comunicación verbal es la transmisión de un mensaje entre personas mediante el lenguaje, tanto oral como escrito. El lenguaje se rige por reglas sintácticas y de conversación. La comunicación verbal es lo que diferencia a los humanos de los demás animales. Las funciones comunicativas del lenguaje son:
La comunicación no verbal se basa en una serie de signos y señales tácitas, incluyendo:
Este tipo de comunicación sirve para expresar emociones y actitudes. Muchas de estas expresiones se utilizan para formar y mantener los vínculos sociales (como la sonrisa) y para demostrar la sincronía en la interacción (como el reflejo de las expresiones de los demás). La comunicación no verbal desempeña un papel más importante en la cooperación que la expresión verbal. Además de las funciones sociales y afectivas, la comunicación no verbal tiene una importante función referencial, como dirigir la atención de alguien a otro objeto o acontecimiento mediante la señalización.
La comunicación animal se refiere al intercambio de información entre animales. Los animales utilizan varios modos de comunicación. Se necesitan distintos tipos de señales para comunicar de forma óptima distintos mensajes en distintos entornos. Las señales de los animales pueden utilizarse para conseguir pareja, establecer la dominancia, defender el territorio o coordinar las relaciones sociales, la recolección de alimentos, la protección contra los depredadores y el cuidado de las crías. Los principales modos de comunicación entre los animales son las señales químicas, táctiles, auditivas y visuales.
Las señales químicas son las que se transmiten por el olfato y el gusto. Son especialmente útiles en entornos oscuros, donde las señales visuales o auditivas son menos fiables.
Una feromona es una señal química que se produce para transmitir información dentro de una especie. Las feromonas pueden segregarse para atraer al sexo opuesto, dar una alarma, marcar un rastro de comida o desencadenar otras conductas complejas. Estas moléculas se diferencian principalmente por su tamaño (peso molecular) y su polaridad, que pueden determinar su función. Las feromonas transportadas por el aire (e.g., el atrayente sexual de las polillas) suelen ser más pequeñas. Las feromonas que permanecen en el entorno (e.g., un olor que sirve para marcar el territorio) suelen ser más grandes y polares.
Las señales táctiles se refieren al tacto como medio de comunicación. Son especialmente útiles en situaciones en las que los animales están cerca y no hay luz disponible. También son útiles cuando el ruido impide el sonido o puede atraer a los depredadores. Sin embargo, la necesidad de proximidad supone una limitación, y las señales táctiles no son útiles para la comunicación a distancia o en presencia de obstáculos.
Las señales táctiles desempeñan un papel importante en las conductas afiliativas de los grupos de mamíferos y, a la inversa, pueden ser un aspecto de las conductas agresivas. Las señales táctiles también sirven para transmitir información sobre la proximidad de elementos del entorno, como la comida y los depredadores.
Las señales acústicas son efectivas en entornos oscuros. La distancia que puede recorrer una señal audible varía según el medio y la longitud de onda del sonido. La capacidad de hacer vibrar un material influye en la forma en que un animal puede utilizar las vibraciones para comunicarse. Por ejemplo, un elefante es un animal muy grande y puede utilizar el suelo como medio para transmitir el sonido haciendo vibrar la tierra. La mayoría de los animales tienen estructuras especiales en su cuerpo que pueden utilizar para emitir un sonido. Algunos crean sonidos golpeando, tamborileando o golpeando un sustrato resonante.
Las señales visuales se transmiten muy rápidamente, a la velocidad de la luz. La disponibilidad de luz es necesaria para las señales visuales, que pueden transmitirse a través del aire y del agua. Sin embargo, en el agua, el aumento de la profundidad conlleva una menor disponibilidad de luz. El agua también absorbe las longitudes de onda del rojo, el amarillo y el naranja, por lo que estos colores no son útiles en las zonas de mayor profundidad.
Las señales visuales incluyen gestos, expresiones faciales, posturas corporales y coloración. Existen diferentes tipos de señales visuales entre los animales, entre ellas las siguientes:
Las señales visuales pueden combinarse, como cuando un pavo real despliega su cola para mostrar el vivo diseño y color de sus plumas para atraer a una pava real.