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La artritis reactiva es una espondiloartropatía autoinmune seronegativa que se produce en respuesta a una infección gastrointestinal (GI) o genitourinaria (GU) previa. La fisiopatología de esta enfermedad no está clara, pero una proporción significativa de los pacientes afectados son positivos al HLA-B27. La enfermedad se manifiesta en forma de oligoartritis asimétrica (sobre todo de las grandes articulaciones de las extremidades inferiores), entesopatía, dactilitis y/o sacroileítis. También pueden producirse manifestaciones oculares, mucocutáneas, gastrointestinales, genitourinarias y cardíacas. El diagnóstico es clínico y hay que intentar descartar otros diagnósticos diferenciales. El tratamiento se centra en el control de los síntomas, normalmente con antiinflamatorios no esteroideos. Una infección activa también debe tratarse, sobre todo de Chlamydia trachomatis.
Última actualización: Dic 31, 2022
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La artritis reactiva (AR) es una espondiloartritis autoinmune, postinfecciosa y seronegativa.
Las artropatías seronegativas pueden recordarse como “PAIR” (en inglés).
La aparición es aguda, entre 1–4 semanas después de una infección desencadenante.
Artritis periférica:
Entesopatía:
Tendinitis y periostitis:
Dactilitis:
Sacroilitis:
Oculares:
Genitourinarias:
Mucocutáneas:
Gastrointestinales:
Cardíacas:
Esta tríada clásica de síntomas se encuentra solo en un 30% de los pacientes con AR:
La artritis reactiva es un diagnóstico clínico basado en:
Análisis del líquido sinovial:
Resultados de laboratorio:
Radiografías de las articulaciones afectadas:
Los síntomas de la AR suelen resolverse en 3‒4 meses, pero los síntomas prolongados o recurrentes pueden darse hasta en el 50% de los pacientes.
AR aguda (duración < 6 meses):
AR crónica (duración > 6 meses):
Oculares:
Mucocutáneas: