Una vez concluidos tus primeros dos años en la escuela de medicina, junto con el USMLE® Step 1, ha llegado el momento de trabajar con pacientes reales y poner en práctica las lecciones aprendidas. Es importante sacar el máximo provecho de esta experiencia. Los mejores alumnos son aquellos que tienen acceso a la información, están organizados y disponen de un plan.
Más allá de los conocimientos de medicina, es crucial saber cómo encajar en un equipo hospitalario y cómo aprovechar las oportunidades que este ámbito aporta a tu educación. Para tener éxito como integrante del equipo, necesitas entender y respetar la jerarquía . ¿Quiénes son las personas con las que trabajarás?
Médico tratante
El médico tratante es el miembro de mayor rango en el equipo y, como tal, siempre se le deberá tratar con el máximo respeto. Enseña a los demás miembros del equipo y supervisa la atención que estos brindan a todos los pacientes. Si lo tratas con respeto, recibirás a cambio el mismo respeto. También deberás prestar atención a la forma en que expone los casos de los pacientes. Esto te ayudará a convertirte en un miembro valioso dentro del equipo.
Médico adjunto
El médico adjunto es el segundo al mando, de manera que intervendrá cuando así se requiera. Resultará también un ser de gran valía porque es un médico debidamente certificado y que se esmera por obtener credenciales adicionales. Un médico adjunto ha concluido su residencia y continúa en preparación para seguir especializándose en el campo elegido. El papel de cada médico adjunto en tu equipo será diferente. Tómate un poco de tiempo para averiguar qué papel desempeña cada uno.
Residente de último año
El siguiente en la jerarquía es el residente de último año. Esta persona es la columna vertebral del equipo y realiza la mayor parte del trabajo. Al ser el residente de más alto rango, lidera al resto de los residentes y también se hace cargo de tareas administrativas.
Interno
El interno, hay que decirlo, realiza el trabajo monótono. Se trata de un recién egresado de la Escuela de Medicina, con quien podrías trabajar mucho durante tus rotaciones. Asimismo, estará rotando por las diferentes especialidades mientras completa su año como interno. Muy pronto estarás desempeñando el papel del interno, el siguiente en la jerarquía. Pero antes de eso serás un estudiante de Medicina de cuarto año.
Estudiante de cuarto año de Medicina
El estudiante de Medicina de cuarto año tendrá los recuerdos más claros de todo lo exigido. Además, será la persona ideal a la cual recurrir en busca de un consejo, especialmente si eres nuevo en el equipo. Es más probable que sea empático en cuanto a los retos que enfrentarás, ya que estuvo recientemente en tu posición.
Estudiar medicina nunca fue tan fácil.
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Estudiante de tercer año de Medicina
Como estudiante de tercer año de Medicina, tus tres principales tareas serán encargarte de algunos pacientes junto con el interno, presentar sus casos al médico tratante y hacer las presentaciones al equipo sobre los temas asignados. Más allá de esas presentaciones, generalmente deberás esforzarte por ser un miembro del equipo activamente comprometido. El médico tratante y el médico adjunto, entre otros integrantes del equipo, quieren ver que estás ávido de aprendizaje y deseoso de hacer aportaciones.
Antes de conocer a tu equipo puedes enviar un correo electrónico de presentación a la persona de contacto. Recuerda que la primera impresión puede perdurar, así que procura que sea buena. Compórtate de manera profesional y amable, y demuestra que estás listo para trabajar.
Sigue el ejemplo del equipo en lo que concierne a las rutinas, como los descansos para el almuerzo o los momentos para hacer anotaciones o estrechar lazos. También puedes preguntar cómo ayudar durante tus descansos. En esas ocasiones y durante las reuniones, asegúrate de conducirte como un profesional. Cualquier conducta poco profesional aparecerá como una nota en tu expediente académico. Identifica los límites establecidos por tu equipo para demostrar que puedes ser participativo y valioso como colega.
La mejor manera de dejar una impresión buena y duradera en tu equipo hospitalario es mostrar en todo momento que estás listo para aprender y hacer contacto. La experiencia que adquirirás en el hospital dependerá finalmente de lo que estés dispuesto a aportar mientras te encuentres ahí.