Mucho de lo que sigue surge de mis propias experiencias y de las de mis amigos. Nuestras experiencias pueden ser diferentes, pero en la escuela de medicina muchos de nosotros, si no todos, tenemos al menos una noción de lo que es fallar. Hay quien dice que el primer fracaso es el más difícil. En realidad, cada fracaso será diferente y tendrás algo que aprender de cada uno de ellos.
Obtener malas notas en la Escuela de Medicina
No voy a endulzarte la píldora: la mayoría de nosotros reprueba al menos una vez en la escuela de medicina. A menos de que seas uno de esos estudiantes excepcionales que pueden absorber los conocimientos como esponja, el fracaso forma parte del proceso. Como estudiantes de medicina, muchas de nuestras ideas sobre nosotros mismos se sustentan en ser inteligentes y en superar nuestras propias expectativas y las de los demás.
Me considero una estudiante promedio en mi escuela. No soy una estudiante estelar, pero no tengo problemas para estudiar. Aun así, en algunos cursos obtuve malas calificaciones. A todo mundo se le dificulta alguna asignatura…
La primera vez que reprobé fue mi examen de otorrinolaringología. Era mi primer año en la escuela de medicina y no estaba acostumbrada a fracasar. Hice ese examen a principios de año, y el resultado me hizo pensar que tal vez mi lugar no estaba en la escuela de medicina.
Mirando hacia atrás, ahora no me parece tan importante. Pero en ese momento representó un gran problema para mí.
Me obligó a cambiar la forma en que estudiaba, y a experimentar con otros enfoques. Finalmente, encontré mi paso. La clave radica en hacer ajustes: es tan importante ser flexible como trabajar duro.
Entonces, ¿cómo podemos lidiar con esas malas notas?
Cada uno tiene diversas maneras de resistir, y de entender y aceptar sus propios límites. Aunque obtener calificaciones malas sea común en la escuela de medicina, es doloroso cuando sucede. Sin embargo, lo que importa en definitiva es reagruparse y seguir adelante. A continuación, te comparto algunos consejos que pueden ayudarte:
- Aprende a estudiar de manera más inteligente, no más duro. Conoce tus límites y cuándo puedes superarlos. Es posible sobresaturarse con información. Existe un límite en lo que podemos absorber. Debes ser eficiente con tu tiempo y esfuerzo. De ser necesario, usa el ensayo-y-error para probar diversas estrategias que te permitan encontrar tu propio estilo de estudio.
- Acude al consejero de la escuela o a tu mentor. Tal vez tengas problemas para estudiar porque estás estresado, o tienes problemas para organizar tus actividades. Ver a alguien especializado en estudiar y en la escuela de medicina puede ayudarte a retomar el camino.
- Ubica en qué áreas necesitas trabajar. Debes encontrar la raíz del problema antes de empezar a corregirlo. Fue allí donde encontré particularmente útiles los cuestionarios cortos de Lecturio. Esos cuestionarios dan seguimiento a tu avance y te proporcionan explicaciones para corregirte.
- Tus errores no te definen. Las calificaciones no son el objetivo central de la escuela de medicina. Aunque sí importan, no puedes permitir que tus calificaciones te desalienten. Las calificaciones no definen a un buen médico.
- Recuerda que has llegado tan lejos por una razón. Has pasado por tus estudios previos, por una prueba de admisión, y has ingresado en una escuela de medicina. El fracaso ocurre cuando se activa el síndrome del impostor, pero tienes que recordar que tu lugar es la escuela de medicina.
- Identifica lo que te anima. Cuando repruebas, no hay mucho que puedas hacer para cambiar el resultado. Esa es la dura realidad. Así que lo que importa es rebotar. Puedes permitirte un poco de duelo por tus fracasos. Eso está bien. Pero también emplea algo de tiempo para recordar por qué emprendiste este camino, y dedica un rato a hacer algo que te guste. Come algo que te encante. Vuelve a ver tu película favorita. Pasa tiempo con tus amigos y familia. Después, cuando estés listo, vuelve a la lucha.
¿Cuántas personas fracasan en la Escuela de Medicina?
En 2020, la Asociación de Colegios Médicos Americanos (AAMC) encontró que las tasas promedio de graduación en las Escuelas Médicas de Estados Unidos fluctúan entre el 81.6% y el 84.1%.
Por otra parte, la tasa de abandono es del 3.3%. Puede parecer un número pequeño, pero es algo que puede pasarle a cualquiera de nosotros.
Hay muchas razones por las que los estudiantes de medicina fallan en sus exámenes. Generalmente, es por razones que no pueden controlar. Tal vez carezcan de la capacidad para cubrir la carga de estudios, tengan afecciones médicas o simplemente se den cuenta de que ya no quieren estudiar medicina.
De cualquier manera, fracasar en algo para lo que hemos trabajado duro puede ser muy desalentador. Pero, si quieres algo realmente y estás dispuesto a invertir más trabajo, puedes lograrlo. No es fácil encontrar una nueva escuela de medicina, repetir un año o incluso encontrar una nueva vocación. Sin embargo, he visto gente demostrar una y otra vez que las calificaciones no definen su valor. Son las personas más fuertes que conozco. Para mí, la fuerza no se refiere a lo perfecto que seas como estudiante. Se trata de levantarte, aunque todo te diga que te mantengas agachado.
Repetir un año de escuela de medicina
Cuando decides ingresar en la escuela de medicina, tienes que reconocer que reprobar un año es una posibilidad, por muy inteligente que seas. Para muchos estudiantes de medicina, que suelen ser el tipo de personas que rara vez fallan, esta es una perspectiva aterradora. No se dan cuenta de que no hay por qué avergonzarse de repetir un año. De hecho, repetir un año debería ser una señal de que estás seguro de que estás en lo que quieres. Significa que deseas seguirlo intentando.
Cuando entré en la escuela de medicina, vi mucha gente repetir un año.
Ya sea por razones académicas o de otra índole, puede pasarle a cualquiera. Muchos de ellos pasaron ese año examinando lo que realmente querían y estudiando por su cuenta. Cuando me los encontré en los hospitales como asistentes, vi que sabían mucho más que yo. De hecho, habían dominado los temas que reprobaron porque los cursaron dos veces.
Repetir un año de escuela de medicina no te disminuye como estudiante. Más aún, te hace más fuerte porque significa que pudiste hacer frente a lo que teme la mayoría de los estudiantes. Cada uno crece a su propio ritmo. Graduarte a tiempo no te hace un gran médico, pero ser una persona decidida sí.
Aceptar tus errores y fracasos
A nadie le gusta fallar. Es natural tenerle miedo al fracaso, y también es natural fracasar. Como muchos miedos, en buena medida están en nuestra mente. Mientras que hay factores que están fuera de tu control, tu mentalidad es algo que puedes controlar. Aquí hay algunas cosas que puedes hacer para pasar de una mentalidad de fracaso a una orientada al crecimiento:
- Acepta que los errores son parte del proceso. Todos cometemos errores. No importa lo “pequeños” que puedan parecer a otros, a nosotros nos importan. He tenido mi parte de errores, e incluso he visto a algún paciente reírse de cómo titubeaba. Todos los médicos seguros de sí mismos que ves en los hospitales fueron estudiantes alguna vez, y cometieron errores. Se convirtieron en médicos seguros de sí mismos porque aprendieron de esos errores.
- Celebra lo que has hecho bien. Incluso si cometemos errores, también hay cosas en las que acertamos. Pueden ser pequeños éxitos, o incluso simplemente el hecho de haber logrado ingresar en la escuela de medicina. Cuando estaba en segundo año, después de cada examen, ya sea que lo pasara o no, me iba a comer con mis amigos. No siempre se trata de resultados. Celebra los esfuerzos que has realizado.
- Haz una lista de tus debilidades. Enumera los temas que encuentres difíciles de entender o en los que sientas que te falta algo. Encuentra el tiempo para repasar esos temas y ver cómo puedes dominarlos mejor. Pide retroalimentación a tus profesores o toma nota de tus errores después de hacer un examen, porque se aprende más de los errores que de no haber cometido ninguno.
- Empieza a usar la palabra “todavía”. En lugar de decir cosas como: “No puedo hacer eso” o “No lo sé”, di algo como: “No puedo hacerlo todavía” o “Lo siento, todavía no lo sé”. Algo que se escucha mucho en los pasillos es: “Voy a leer sobre eso, doc.” Hablar sobre el futuro cambia tu perspectiva: desde quién eres ahora hasta quién deseas llegar a ser.
- Encuentra tu inspiración. No basta con elegir a alguien exitoso. Ni siquiera tiene que ser alguien que se desempeñe en el campo médico. Solo necesitas alguien que sepa reponerse de sus fracasos.
- Pide ayuda. Parte del crecimiento consiste en saber cuándo necesitas ayuda. Tienes mentores, amigos, familia y escuela para apoyarte. No puedo enfatizar lo suficiente cuánto ayuda el apoyo de algunas personas durante los tiempos más duros.
Una última palabra
La medicina no es para los inteligentes ni para los talentosos. Es para aquellos que aprenden de sus fracasos y perseveran, porque la escuela de medicina siempre te golpea. Habrá días en los que pienses que no puedes seguir adelante, pero te vas a levantar de todos modos porque lo estás intentando. Tu mejor esfuerzo es suficiente.
Sé que puede ser frustrante. La facultad de medicina me hizo sentir así más veces de las que puedo contar. He llorado, gritado y luchado al estudiar los montones de conceptos que tuve que absorber para llegar a donde estoy. Si te sientes perdido, podría ser útil mirar atrás y ver lo lejos que has llegado. Entonces, lentamente, pero con toda seguridad, encontrarás la manera de seguir adelante.