Observa, escucha y siente: partes del examen físico
Hay cuatro elementos esenciales para practicar un examen físico:
- Inspección
- Palpación
- Percusión
- Auscultación
En general, es útil pensar en el examen físico como un modo de probar lo que ya dedujiste del paciente a partir de un cuidadoso interrogatorio. Realizar el examen confirmará lo que ya sospechabas al levantar la historia clínica, o te llevará a hacer nuevas preguntas e indagaciones. Considera que examinar a un paciente avanza de ser menos a más invasivo. Empezamos con la simple observación hasta auscultar con un instrumento especializado, como un estetoscopio.
Toma el curso: Examen físico
con tutoriales paso a paso, por Stephen Hold, MD, MS
Inspección
La inspección implica buscar signos anormales. La inspección general comienza en el momento en que el paciente entra en el consultorio. Por ejemplo, ¿cojea o le duele alguna parte del cuerpo? ¿Su forma de andar es anormal, arrastra los pies al caminar? ¿Hay una erupción visible o una pérdida de masa muscular o de tejido que implique una pérdida de peso significativa? La inspección nos da pistas esenciales sobre la salud general del paciente.
Palpación
La palpación es el proceso de tocar una parte del cuerpo en busca de anomalías. Aunque la mayoría de la gente piensa que la palpación se hace sobre el abdomen, esta no es la única forma de utilizar las manos para examinar a un paciente. Los latidos anormales o sostenidos que se perciben en la zona por encima del corazón, el contorno de los pulsos periféricos, la temperatura de la piel o si una lesión es abultada o plana son ejemplos de cómo la palpación ayuda a acotar un diagnóstico diferencial.
Percusión
La percusión utiliza la resonancia de los distintos tejidos para determinar aspectos como la presencia o ausencia de fluidos, sólidos o aire en una cavidad corporal. Para ello, se golpea una superficie corporal hueca con un dedo, ya sea directamente o poniendo una mano sobre la superficie y golpeando ese dedo con uno de la otra mano. Las mezclas de sólidos, fluidos y aire conducen el sonido a distintas frecuencias. Esto produce diferentes tonos que se pueden distinguir con un oído entrenado. La percusión es una de las habilidades de exploración física más difíciles de dominar para el principiante. Incluso para los profesionales experimentados, normalmente solo sirve para sugerir, más que confirmar, un diagnóstico.
Auscultación
En la auscultación se utiliza un estetoscopio para escuchar los movimientos y sonidos de los órganos internos, sobre todo el corazón, los pulmones y el abdomen. De entrada, es bastante difícil distinguir los sonidos normales de los anormales, así que, para empezar, intenta escuchar todos los sonidos normales que puedas. Al adquirir experiencia, descubrirás cuándo algo se desvía del patrón habitual. La auscultación es una de las habilidades más difíciles de dominar para los principiantes debido a la variedad de sonidos.
Consejos para desarrollar tu capacidad de hacer exámenes físicos
Perfecciona tus habilidades en las rotaciones
La escuela de medicina te da la oportunidad ideal para perfeccionar tu capacidad de efectuar un examen físico, así como para obtener retroalimentación sobre la misma. Es muy útil que un experto observe y comente tu técnica. Por ejemplo, un cardiólogo probablemente podrá enseñarte mucho sobre la auscultación del corazón, mientras que un cirujano puede ser la mejor opción para observar y comentar tu técnica al hacer exámenes abdominales. Si todavía estás estudiando, aprovecha a los especialistas en cada rotación para perfeccionar tus habilidades.
Crea buenos hábitos desde el principio
Al atender a un paciente, es esencial asegurar su comodidad y respetar su pudor. Acostúmbrate a exponer únicamente la parte del cuerpo que estás examinando directamente, y utiliza una sábana para cubrir las demás zonas. La mejor manera de asegurarse de que los pacientes se sientan cómodos es practicar con ellos con su permiso.
Revisa tus hallazgos
Una de las formas más rápidas de mejorar tus habilidades de exploración física es revisar lo que encuentres a la luz de la nueva información que surja sobre el diagnóstico de un paciente. Por ejemplo, si una radiografía de tórax muestra un gran derrame pleural, vuelve con el paciente e intenta percutir el tórax para escuchar la matidez asociada a ese problema. Si un ecocardiograma muestra que un paciente tiene estenosis aórtica, vuelve a su lado para examinarlo de nuevo, prestando especial atención al sonido del corazón, cómo se sienten los pulsos y si el soplo se irradia a las carótidas. Correlacionar los hallazgos comunes de las imágenes con el examen físico te permitirá perfeccionar tu técnica y te preparará para la próxima vez que encuentres algo anormal.
Encuentra tus propias mejores prácticas
Ten en cuenta que no es necesario utilizar en cada paciente todas las técnicas que has aprendido. La mayoría de los médicos acaba desarrollando un examen de exploración general «esencial» y lo utiliza en la mayoría de sus pacientes. Una historia clínica completa orienta la necesidad de realizar maniobras más específicas que pueden ayudar a responder preguntas sobre la probabilidad de una enfermedad o padecimiento. Sentirse cómodo con todos los elementos del examen físico es esencial para detectar anormalidades. También inspira confianza al paciente de que sabes lo que estás haciendo.
¡Sigue practicando!
La clave para adquirir experiencia es practicar, practicar y practicar el examen físico.
Practica con cualquier persona que puedas: compañeros de departamento, amigos, familiares, incluso una almohada, ¡o tú mismo!
Utilizar checklists de cada parte del examen y realizarlas en orden ayuda a integrar el proceso en la memoria muscular. Utilizando estas técnicas, tus habilidades mejorarán velozmente. Cuando hacer el examen se convierta en algo natural, te sorprenderás de cómo eres capaz de distinguir rápidamente lo normal de lo anormal.
